El eufemismo
del aborto. O el estado de autonomía de las mujeres.
Soledad Acevedo Arenas*
En
enero del 2015, se presentó la propuesta de ley que despenaliza la interrupción
del embarazo bajo tres causales -las más obvias y básicas razones por la que
una mujer podría abortar-, en marzo del mismo año se dio inicio al “debate”
parlamentario. Pareciera que ahí comenzó todo, pero esto no es así. No será
esta la ocasión para referirme a la responsabilidad de los estados frente a los
problemas sociales, y sobre la cuestión de clase que se cruzan cuando nos
enfrentamos a un aborto, ahora escribo sobre lo que me surge en estos momentos
de algarabía institucional.
El
movimiento feminista históricamente ha levantado la consigna de la autonomía de
las mujeres sobre sus vidas, decisiones y también por supuesto sobre el aborto.
"Aborto libre, legal, seguro y gratuito", nunca bajo causal alguna,
sino más bien centrado en la libertad de cada mujer a decidir sobre su cuerpo,
sexualidad y proyecto de vida, y de paso desechar la imposición por el hecho de
ser mujeres de la "maternidad obligatoria". Las mujeres siempre
tuvimos el conocimiento de nuestro cuerpo y de sus ciclos, poder que ha sido
arrebatado en pos de la modernidad, tratando de despojarnos de esta sabiduría
propia. Las feministas sabemos de esto, sabemos del miedo que esto genera y
generó en períodos pasados, recordemos los tres siglos de persecución y
hogueras a las que fueron sentenciadas las llamadas “brujas” había ahí curanderas,
parteras, maestras, mujeres autónomas y que compartían con otras mujeres, mujeres
que desobedecieron el orden establecido.
No
pretendo hablar por las feministas, yo como activista feminista, así como muchas
feministas y colectivos que desde ese lugar político levantamos nuestra lucha,
seguimos diciendo aborto libre y esa es nuestra estrategia, seguir abriendo
caminos, romper el cerco y hablar, re-conocernos,
retomar el poder sobre nuestros cuerpos y vidas, informar, educar-nos,
"debatir" (de verdad no como en el congreso), instalar en el
imaginario la autonomía de las mujeres desde lo más cotidiano.
En
una sociedad disociada entre quienes detentan el poder (jerárquico) y quienes
obedecen; entre los tomadores de decisión y quienes los eligen, legisladores
conservadores y misóginos, defensores de la cultura de la violación, de la
cultura machista y toda su violencia, que para este caso se hace más visible
sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres y niñas. Quizás la única razón
para celebrar si así se quiere, es haber puesto el tema del aborto, el derecho y la decisión
de las mujeres en otros círculos más allá de las defensoras de derechos humanos
y feministas. Una apuesta por la despenalización social del aborto.
Para quienes hemos
mantenido una mirada crítica frente a este proceso legislativo y
sobretodo con los recortes a través de estos casi dos años de trámite
legislativo, claramente la propuesta quedó cercenada -como todo pronóstico lo
visionaba- y la promesa del Tribunal Constitucional es una realidad. Sabemos
que las leyes por si solas no cambian la situación (no solo en aborto), incluso
confirmamos que esta legalidad le da herramientas al sistema hegemónico para que
siga controlando-nos, decimos debemos seguir en la lucha y por una real
autonomía y libertad de decidir de las mujeres.
Frente al seguimiento
que han mantenido otras feministas en otros lugares del continente: centroamerica
y el caribe, los saludos de felicidad especialmente desde El Salvador, a ellas solo
puedo decirles que las abrazo y hago mía también su
felicidad que no es otra cosa que sororidad y desde el conocimiento de nuestras
realidades con leyes totalmente prohibitivas, por el camino recorrido y por nuestras
luchas comunes; que por el acceso real de la ley en cuestión. El proyecto ha sido cercenado
más allá de su limitación inicial y será de difícil aplicación, lo que plantea
obstáculos a las mujeres que toman la decisión de abortar y a quienes acompañamos
en esta decisión, pero con conocimiento digo, seguiremos abortando como siempre
lo hemos hecho, las mujeres abortamos por múltiples causales desde que
existimos, y cada vez más en compañía de otras mujeres.
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*Activista feminista,integrante de la Coordinadora Autónoma contra la violencia, encargada del programa mujeres del Comité de Servicio Chileno-COSECH, parte del Colectivo Con-spirando.
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