viernes, 9 de octubre de 2015

cómo vivimos las mujeres el acoso sexual callejero?

Por Soledad Acevedo Arenas*

En la calle camino o voy en bici cuando de repente… A veces una mirada lasciva, un agarrón,  gestos obscenos, contacto con genitales, frases con contenido sexual (“piropos”), silbidos, bocinazos o arrinconamientos, masturbación en lugar público, tocaciones, miradas o acercamiento intimidantes, conversaciones con alto contenido sexual, obstrucción de camino, simulacro o intento de violación, violación; en su mayoría estas conductas violentas ocurren en la calle y por desconocidos. Y con menor ocurrencia en otros espacios sociales y familiares,  por personas más o menos conocidas.

Las feministas hemos sostenido y las teóricas del género lo demuestran, que todas las mujeres vivimos violencia y esta se da a lo largo de nuestra vidas, el acoso es una forma particular de violencia sexual donde las mayores afectadas son las mujeres (97%)  – especialmente en la etapa de la pubertad, adolescencia y juventud -. Según una encuesta realizada en Santiago, el  79% de las mujeres dijo sentirse insegura. En el 58% de los casos la respuesta frente a esta agresión fue pasiva (llanto o huida), y  1 de cada 3 responde  verbalmente, con un empujón o golpe (33,6%).

El acoso callejero como forma de violencia sexual es una de las más frecuentes pero que no tiene mayor sanción social ni legal, en Chile no existe legislación que refleje la magnitud del daño y la inseguridad a la que se ven sometidas las mujeres, niñas y jóvenes. En el 40% de los casos, quien sufre el acoso no se lo cuenta a nadie y solo el 17%  se lo cuenta a una amiga, la vergüenza, la culpa y la naturalización son principalmente el impedimento para verbalizar esta agresión.

Más del 90% de las mujeres manifiesta haber sufrido acoso callejero. Pero es a temprana edad cuando se empieza a vivenciar, entre los 18 y 29 años es la edad más propensa a ser víctima de acoso. Sin embargo, estudios señalan que el promedio de edad para sufrir acoso callejero es a los 14 años empezando a los 9 años de edad, siendo los 12 y 14 años las edades altamente vulnerables para sufrir acoso en las calles, que corresponde a la etapa en que se transita desde el cuerpo de niña al de una mujer adulta. Volvemos así, a enmarcar este tipo de violencia como específica hacia las mujeres y con un fin sexista.
La violencia hacia las mujeres ha estado históricamente presente en todos los estratos sociales, en todos los lugares, en todos los países; solo que la especificidad cultural hace que se manifiesta de diversas maneras, todas ellas son violencia igual. Y esta, la violencia sexual la hemos sufrido todas las mujeres.






Cuándo escuchamos que “eso ha cambiado” o “que ya no es lo mismo que como lo vivieron nuestras abuelas” o “en otros países sí que es terrible”; les invito a ponerse en la piel de las mujeres, aquellas mujeres, todas las mujeres que tenemos a flor de piel la vivencia del acoso y las sensaciones y emociones que despiertan cuando nos enfrentamos a un nuevo episodio de esta manifestación tan solapada, naturalizada y violenta que la abuela de mi abuela, mi abuela, mi madre, mis hermanas, mis amigas, yo, mi hija ha vivido o la vivirá.




¿Qué sentimos las mujeres cuando sufrimos acoso?


Se me aprieta la guata, tengo palpitaciones, me sudan las manos, me pongo alerta, cubro mis pechos, miro hacia abajo, bajo mi falda o estiro el polerón, aprieto los músculos, miro por el reflejo del vidrio del metro, me cubro con mi mochila, tomo la mano de mi amiga, recuerdo la última vez que me pasó, se me seca la boca, saco mi celular, desvío la mirada, miro a mi mamá, saco el alfiler, junto mis piernas, me siento erguida en el asiento, camino más rápido, cambio de vereda, me devuelvo, me bajo de la micro, me cambia la cara, olvido lo que iba pensando, me tapo, se me pone la piel de gallina, siento asco. 

Distintos grupos de mujeres auto-organizadas en distintos lugares se fortalecen en lo que han llamado “prácticas de autodefensa” que pueden ir desde  grupos de mujeres y/o amigas que ponen en común lo que les pasa por ser mujeres, o son mujeres que se entrenan en prácticas de defensa personal y artes marciales, mujeres que se organizan, acompañan y preparan a otras mujeres, mujeres que se manifiestan y denuncian públicamente, o que hacen todo lo anterior. Que tienen en común además de ser mujeres? Han vivido el acoso y hacen consciente esta particular manifestación de control y violencia hacia las mujeres para terminarla.


DATOS:
OCAC Observatorio Contra el Acoso Callejero (2014) “Primera Encuesta de Acoso callejero en Chile” (informe de resultados).
Servicio Nacional de la Mujer (2012), “Acoso y Abuso Sexual en lugares públicos y medios de transporte colectivos”




*Psicóloga y activista feminista.

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